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Embarazada ¡y con anemia!

Embarazada ¡y con anemia!

La falta de hierro durante la gestación es muy común entre las futuras mamás, tanto que se la conoce como anemia gravídica. El aumento del volumen de sangre de la embarazada y de las necesidades de hierro se hallan detrás de las causas de esta dolencia, que aunque no es grave para el feto, sí puede provocar parto prematuro y bebés de bajo peso al nacer, además de cansancio y somnolencia a la madre mientras la sufre. Una dieta rica en este mineral asegura evitar esta enfermedad

Indice

 

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¿Por qué se produce la anemia?

La anemia es una enfermedad de medicina en la que la cantidad y/o tamaño de los glóbulos rojos de la mujer es inferior a los valores normales. La causa más común de esta dolencia es la falta de hierro. La función de este mineral es formar parte de la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos encargada de transportar el oxígeno por la sangre hasta los distintos tejidos de la madre y del bebé, por lo tanto es fundamental para un buen desarrollo fetal y un correcto estado de salud materno.

Durante el embarazo, el cuerpo necesita una mayor cantidad de hierro, y cuando no la consigue, se produce la anemia. Por lo tanto, es una enfermedad muy común entre las embarazadas, tanto que se la conoce también como anemia gravídica, y está causada por un aumento del 50% en el volumen sanguíneo de la mujer.

Sus síntomas no siempre son claros y a veces se confunden con otros síntomas comunes en el embarazo como taquicardia, fatiga, vértigo o mareos. La anemia leve provoca cansancio, palpitaciones y somnolencia. En el grado moderado existe taquicardia, palidez, sudoración y disnea de esfuerzo (dificultad para respirar). Con un simple análisis de sangre se puede salir de dudas, por lo que durante la gestación se realizan varias pruebas para evaluar el nivel de anemia: una vez durante la primera visita prenatal y de nuevo entre las semanas 24 y 28.

Se considera anemia a unos valores de hemoglobina inferiores a 11 g/dl en el primer y tercer trimestre y menos de 10,5 g/dl en el segundo trimestre.

La anemia, a menos que sea grave, no es dañina para el bebé. Pero la deficiencia de hierro se ha vinculado con un mayor riesgo de nacimiento prematuro y bajo peso al nacer.
 

Tratamiento de la anemia en el embarazo

La solución a esta dolencia es la ingesta extra de hierro, a través de una dieta rica en este mineral y de suplementos. La cantidad de hierro recomendada se duplica durante el embarazo y pasa de aproximadamente 18 miligramos a 27 miligramos por día.
 

Prevención de la anemia

La única manera de prevenir la anemia es asegurar una dieta rica en hierro. Algunos alimentos que contienen en cantidad abundante este mineral son:

- Carnes rojas

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- Mariscos

- Aves (carne oscura)

- Cereales para el desayuno, pastas y panes enriquecidos

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- Avena enriquecida con hierro

- Granos integrales   

- Espinacas y otras verduras de hoja verde

- Pasas, dátiles, ciruelas, higos, albaricoques

Los alimentos que contienen vitamina C pueden aumentar la cantidad de hierro que absorbe el cuerpo. Por esta razón, es aconsejable tomar alimentos como naranjas, tomates y fresas. El café y el té, las yemas de los huevos y la leche evitan la absorción de hierro, por lo que no son recomendables si se tienen anemia, o al menos se debe limitar su uso lo más posible.
 

¡Cuidado con los suplementos de hierro!

Algunos suplementos de hierro pueden producir acidez, estreñimiento o náuseas. Los siguientes consejos pueden ayudar a evitar o aliviar estos síntomas:

- Toma las pastillas con la comida.

- Empieza con dosis pequeñas hasta llegar a la recomendada por el médico. Por ejemplo, trata de tomar una pastilla al día las primeras veces, luego dos, así hasta que no sientas ninguna molestia. Aumenta la cantidad de pastillas hasta que estés tomando la cantidad que te recetaron.

- Prueba diferentes marcas para averiguar cuál te funciona mejor. Asegúrate de hablar con tu obstetra antes de realizar cualquier cambio.

- No tomes las pastillas a la hora de dormir.

- Combate el estreñimiento aumentando la cantidad de agua que bebes y comiendo más fibra. La fibra se encuentra en los alimentos de grano integral, cereales para el desayuno, frutas y verduras.
 


Fuentes:

Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.

Blott, Maggie (2015), Tu embarazo día a día, Barcelona, Ed. Planeta.

Fecha de actualización: 28-07-2020

Redacción: Irene García


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