La importancia del agua en el embarazo
Las recomendaciones que hacen los médicos acerca de la necesidad de la toma constante de líquidos durante el embarazo van más allá de la función de hidratación del organismo. Así, el agua se convierte en el compañero ideal de las futuras mamás, aportándoles diversos beneficios… ¡Conócelos!<
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¡Hidratada dentro y fuera de casa!
Durante el embarazo, es tan importante tener una dieta equilibrada como beber la cantidad de líquidos adecuada. Actualmente existen numerosas alternativas a la hora de elegir la bebida más apetecible para que cada mujer calme la sed. Mientras que los, sanos y de fácil elaboración, zumos de frutas son recomendables, hay que moderar el consumo de las bebidas con cafeína, que tienen efecto diurético y contribuyen a la pérdida de líquidos.
Sin embargo, una de las mejores opciones para refrescarse y mantenerse hidratada a lo largo de estos meses es, sin lugar a dudas, el agua; pudiendo diferenciar principalmente entre el agua del grifo y la envasada
• El agua del grifo puede ser de diferentes procedencias, como embalses, ríos, la desalinización de agua marina… Por ello, es necesario realizar siempre un tratamiento de depuración para garantizar la potabilidad.
• España es un país con una gran riqueza en aguas subterráneas, contando con numerosos manantiales, de los que emanan diversas clases de aguas recomendables y saludables para su consumo. Así, es posible diferenciar entre las siguientes aguas envasadas:
• El agua mineral natural es de origen subterráneo y está protegida contra los riesgos de la contaminación; es bacteriológicamente sana y tiene una composición constante en minerales y otros componentes, teniendo así propiedades favorables para la salud. Además, en la actualidad es posible elegir entre la gran variedad de aguas minerales con distintos sabores disponible para aquellas personas a las que les supone un mayor esfuerzo el consumo de varios litros de agua.
• El agua de manantial es aquella que emerge espontáneamente en la superficie de la tierra o que son captadas mediante trabajos practicados al efecto, con sus características naturales de pureza y la aplicación de los mínimos tratamientos físicos requeridos para la separación de elementos físicos inestables.
• El agua preparada es sometida a los tratamientos fisicoquímicos necesarios para cumplir los requisitos sanitarios que se exige a las aguas potables de consumo público.
Beneficios del agua en el embarazo
Las personas cuando nacen están formadas por un 80% de agua, proporción que va disminuyendo con la edad pero sin bajar del 60%. Por ello, fue Hipócrates, entre el siglo V y el siglo IV a.C., el primero en descubrir los efectos beneficiosos de determinadas aguas minerales, mientras que los mayores filósofos de la Grecia Clásica hablaban de las bondades del agua, entre cuyas funciones destacan, principalmente:
• Estructuración de las moléculas.
• Regulación de la temperatura corporal.
• Disolvente de líquidos.
• Transporte de los nutrientes a las células.
• Ayuda a la digestión.
• Facilita la eliminación-desintoxicación.
• Contribuye al funcionamiento de los órganos.
Por ello, beber unos 10 vasos diarios de agua durante esta etapa puede ayudar a prevenir problemas habituales y aliviar los malestares más comunes del embarazo:
• Uno de los grandes beneficios del agua es que ayuda a evitar la deshidratación, ya que si ésta se produjese durante el embarazo podría ser peligrosa, causando dolores de cabeza, náuseas e incluso contracciones durante los últimos meses. Entre los principales síntomas de la deshidratación se encuentran: tener la boca seca, orinar con menor frecuencia y de color oscuro, sufrir mareos y, sobre todo, tener la sensación de sed, situación a la que hay que procurar no llegar, bebiendo líquidos constantemente.
• El estreñimiento es un problema habitual durante la gestación, pero la situación puede empeorar si la mujer embarazada no toma la suficiente cantidad de líquidos, que ayudan a prevenirlo. Además, el agua contribuirá también a evitar las hemorroides y las infecciones urinarias.
• La retención de líquidos puede provocar la sensación de piernas cansadas e hinchadas, situación que se podrá evitar con la ingesta adecuada de agua.
• Beber agua a pequeños intervalos ayudará a prevenir la acidez creada por los jugos gástricos y las náuseas.
• Facilita el flujo de nutrientes hacia el torrente sanguíneo de la sangre de tu bebé, y su distribución por todo el organismo.
• El volumen de sangre se duplica y se vuelve más viscosa, previniendo la hipertensión y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
• La orina será más abundante, lo que contribuye a depurar el cuerpo de toxinas, reduciendo la posibilidad de que se produzcan cálculos renales e infecciones de orina o cistitis, problemas relativamente frecuentes entre las mujeres embarazadas.
• Además, bebiendo mucha agua todos los órganos estarán bien hidratados y funcionarán mejor durante este importante periodo.
Fuente: Sociedad Española de Nefrología.
Fecha de actualización: 25-05-2020
Redacción: Silvia Paredes
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