¿Niño o niña? Ahora puedes elegir
¿Has tenido un niño y ahora quieres ir a por la parejita? ¿Estáis cansados de tener niños y más niños y queréis que vuestro próximo hijo sea por fin una nena? Sin necesidad de acudir a técnicas médicas de separación in vitro, puedes recurrir a alguno de los métodos que te proponemos a continuación. Sus descubridores aseguran que funcionan. Controla tu alimentación y tu período de ovulación y elige si quieres comprar ropita de niño o de niña durante tu futuro embarazo.
Indice
- Método Baretta
- Método Shettles
- Para tener un varón
- Para tener una niña
- Algunos consejos
- Método de la Tabla China
La elección del sexo del bebé, si será niño o niña, es uno de los sueños recurrentes de muchas parejas. Hoy por hoy, según la ciencia, no existe ningún método válido para conseguirlo a menos que se seleccione un embrión en el marco de un tratamiento de fertilidad.
Sin embargo, existen algunas prácticas que afirman que sí se puede influir en el momento de la concepción, permitiendo elegir lo que desee la pareja. A continuación detallamos estas prácticas ya que, aunque no tienen un sustento científico validado, son totalmente inócuas y no se pierde nada por probar.
Método Baretta
Aunque parezca una broma, lo cierto es que la alimentación sí influye en el sexo del bebé. Según un estudio de la bioquímica Adriana Baretta, se puede inclinar la balanza a favor de uno u otro sexo simplemente con una dieta y un seguimiento de la ovulación. Este método se basa en la mayor o menor presencia en la dieta de 4 minerales: la relación sodio-potasio sobre calcio-magnesio. Según los alimentos que coma una mujer antes de quedarse embarazada contengan mayor o menor proporción de estas sustancias, el bebé tendrá mayor probabilidades (98%), de ser niño o niña.
La bioquímica partió de los estudios de los investigadores Stolkowsky, Lorrain y Gagnón (Labro y Papa, 1983) quienes observaron la influencia que tienen los minerales en el metabolismo femenino a la hora de seleccionarse el sexo de la descendencia. Luego de una serie de experiencias, precisaron que una proporción elevada de potasio y sodio en la dieta, a la vez que una disminución de calcio y magnesio, favorecía al espermatozoide Y, mientras que la relación contraria favorecía al espermatozoide X.
Siguiendo con datos de esta investigación, se realizó un estudio retrospectivo sobre 99 mujeres con, por lo menos, dos hijos del mismo sexo y se estableció un coeficiente mineral estudiando las dietas de dichas mujeres:
Coeficiente Mineral (CM) Sodio + Potasio / Calcio + Magnesio
Los resultados de este estudio fueron: en el 84,4% de las mujeres que tenían sólo varones, su Coeficiente Mineral era superior a 4, lo que indica una presencia muy alta de potasio y sodio, y en el 84% de las mujeres que tenían solamente niñas, su CM era inferior a 2, por lo tanto un nivel bajo de estos dos minerales.
De esta manera, Adriana Baretta diseñó un método probado ya en 120 mujeres con un éxito del 98%. Las mujeres que recurren a esta práctica hacen una dieta progresiva, durante tres meses, previa al momento de la concepción. En ese tiempo se identifican los períodos más fértiles y el momento exacto de la ovulación. Se hacen análisis de sangre y si todo marcha bien, se da vía libre para intentar el embarazo. Es importante cumplir con el tiempo de preparación, tres meses, puesto que según Baretta “es el tiempo necesario para que el organismo asimile los cambios alimentarios y comience a actuar como filtro a favor del espermatozoide que se desea favorecer. Además necesitamos tres ciclos para que la mujer aprenda por el método sintotérmico a comprobar con exactitud su ovulación, y esto además lo confirmamos con análisis hormonal”.
Por lo tanto, durante ese periodo es tan importante lo que se come como lo que no se come. Si hay un bajo coeficiente sodio-potasio y un alto índice calcio-magnesio, la tendencia es a tener varones. Y para tener niñas, lo inverso. Si una pareja desea seleccionar el sexo de su futuro bebé, el primer paso que debe seguir es realizar una medición del Coeficiente Mineral de la alimentación femenina, a fin de conocer en cuál de los cuatro rangos establecidos (de acuerdo al Coeficiente Mineral) se encuentra previamente la futura madre, con respecto a su hábito alimenticio histórico. Así, por ejemplo, alimentos como las legumbres, los frutos secos, los fiambres, el pescado y la fruta favorecen la procreación de niños; frente a los productos lácteos, acelgas o copos de avena que ayudan a la gestación de niñas. "Aunque debe tenerse en cuenta un equilibrio determinado entre lo que se come y no se come, ya que no basta sólo con ingerir un determinado producto", precisa la autora del libro.
Un ejemplo de algunos alimentos que se deben evitar o tomar sería:
Pero el método se basa también en el periodo de ovulación. "Hay diferencias en el moco cervical de acuerdo al momento del ciclo, la alcalinidad y la acidez son diferentes y favorecen la permeabilidad de los X o los Y. Está demostrado que las parejas que conciben en el pico más alto de la ovulación tienen mayor probabilidad de tener nenes" –explica Baretta. “Los espermatozoides X sobreviven más tiempo, y cuando los fluidos son más alcalinos, los Y nadan más rápidamente y mejor cuando los fluidos son más ácidos”.
Para lograr éxito en la predeterminación, es esencial combinar la alimentación con los períodos de ovulación. Ya lo advierte Baretta: “la falta de complementariedad entre ambos puede producir dificultades o demoras en la concepción o pseudo esterilidad”.
Método Shettles
Con un éxito del 75%, los doctores Landrum Shettles y David Rorvik, autores del libro Cómo elegir el sexo de tu bebé, se basan en las diferencias entre los espermatozoides X y los espermatozoides Y. De acuerdo a los estudios del Dr. Shettles, los espermatozoides con el cromosoma Y (hombre) son más pequeños, más rápidos y más débiles, requieren condiciones de mínima adversidad -acogedoras, alcalinas-; llegan primero y mueren rápidamente; el espermatozoide debe llegar a las trompas casi simultáneamente con el óvulo. Mientras que los que llevan el cromosoma X (mujer) son más grandes, más fuertes y más lentos, más resistentes en condiciones moderadamente adversas o ácidas. Son más duraderos y pueden esperar unos días al óvulo.
Este método busca combinar el momento de la relación sexual con el del ciclo menstrual de la mujer. La relación sexual más cercana al momento de la ovulación, tendrá mas oportunidades de concebir una mujer y si la pareja tiene relaciones 2 días antes de la ovulación, o 2 días después de la ovulación, las probabilidades de concebir un varón aumentarán. Estos datos son de acuerdo a la velocidad y fortaleza de los espermatozoides X o Y que llegarán a fecundar al óvulo.
La mujer debe estar segura del momento de la ovulación, y para llegar a este punto, deberá “estudiar” su útero, anotando la temperatura basal todos los días, y llevando el control de los días exactos que dura su ciclo, así como el momento en que ovula (cambios de la secreción vaginal-moco cervical y temperatura basal).
Para tener un varón
Abstenerse del sexo o utilizar condón, hasta 4 días antes de la ovulación. Después de este punto, abstenerse hasta 12 horas antes de la ovulación. El Dr. Shettles asegura que el hombre tendrá mejor cantidad de espermatozoides y favorecerá la concepción de un varón. Durante las 12 horas de la ovulación, la pareja deberá tener relaciones, preferiblemente sólo una vez y si mantienen relaciones de nuevo, deberán utilizar preservativo. Durante la ovulación, los fluidos vaginales y del cérvix (cuello del útero) son alcalinos, condición que hace más favorable la llegada de espermatozoides (X o Y) pero especialmente favorable para los Y (hombre).
Para tener una niña
La pareja debe de suspender las relaciones sexuales 2 días antes de la ovulación, para que más espermatozoides X (mujer) estén presentes. Este método recomienda a la pareja tener relaciones después de terminado el periodo menstrual, por lo menos 1 día después, hasta 2 días antes de la ovulación. Antes de ésta, las secreciones vaginales son más ácidas y el espermatozoide X (mujer) tendrá más posibilidades de sobrevivir y fecundar al óvulo que el espermatozoide Y.
Algunos consejos
Para lograr un fluido más o menos alcalino, la mujer puede hacerse una serie de lavados vaginales: con agua y bicarbonato de sodio (un litro de agua por cada cucharada de bicarbonato de sodio), para lograr el medio alcalino que tanto favorece a los espermatozoides Y.
Y con agua y una cucharadita de ácido acético (vinagre), para lograr así el medio ácido.
También se recomienda que la pareja mantenga una dieta basada en proteínas para tener un niño, y una dieta rica en lácteos y no ingerir carne para tener una niña.
Método de la Tabla China
Este método, aunque carece de una base científica que demuestre su fiabilidad, se basa en una tabla elaborada hace miles de años según las antiguas leyendas chinas, que dicen que el sexo del bebé se determina mediante la edad materna y el mes de concepción del futuro hijo. De esta manera se podría elegir el sexo del bebé. Sólo hay que intentar concebir en el mes correspondiente al sexo que desees de acuerdo a esta tabla. Y si ya estás embarazada esta tabla también te sirve para conocer el sexo del bebé que llevas dentro.
Aquí tienes la tabla china. Sólo debes buscar en el casillero tu edad actual, o la edad a la que quieres concebir, y mirar en qué meses es más posible concebir una niña o un niño de acuerdo a los colores de la tabla (azul indica niño y rosa, niña). Según las personas que la han llevado a cabo, la tabla tiene un éxito del 70%.
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La tabla de fertilidad es una herramienta que permite saber a la mujer con un ciclo menstrual regular en qué días está ovulando y, por lo tanto, puede quedar embarazada si lo intenta.
Fuentes:
Adriana Alicia Baretta, bioquímica, autora del libro “¿Niño o niña? Ya puedes elegir”. (MAD 2006). Landrum Shettles y Rorvik, autores del libro "Cómo elegir el sexo de tu bebé” https://adrianabaretta.com.ar/testimonios/
Métodos naturales para determinar el sexo del bebé https://www.natalben.com/sexo-del-bebe/metodos-naturales
Fecha de actualización: 17-06-2020
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