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Tolerancia, cómo enseñarla a los niños

Tolerancia, cómo enseñarla a los niños

Todas las personas somos diferentes y, a lo largo de su vida, los niños se encuentran con gran diversidad: de raza, religión, apariencia… Aunque todos somos en teoría iguales y se deberían respetar todas estas pequeñas diferencias, la realidad es que solemos unirnos a aquellas personas que piensan como nosotros y rechazamos lo que no conocemos o entendemos. En la sociedad global en la que vivimos, ser tolerante y abierto de mente es esencial para respetarnos unos a otros y poder convivir sin problemas

Indice

 

¿Somos tolerantes?

La crisis económica ha hecho aflorar lo peor de nuestra sociedad y ante el miedo al paro y la recesión, la gente ha buscado un cabeza de turco: los inmigrantes. Así lo refleja el informe Racismo y Xenofobia, editado por el Ministerio de Trabajo e Inmigración. Según este estudio, la crisis ha endurecido la opinión que los españoles tienen de la inmigración. A medida que las cifras económicas se hunden, resulta más difícil reconocer a la sociedad tolerante y generosa con los extranjeros de hace sólo tres años. Las cifras hablan por sí solas:

- En 1996 sólo el 28% de los españoles decía que los extranjeros eran "demasiados". La cifra creció hasta el 60% en 2005. Y sigue subiendo hasta el 77%.

- Las leyes son demasiado tolerantes. Eso es lo que opina el 42% de los españoles (18 puntos más que cuatro años antes). Si a ellos se les suma el 32% que las considera "más bien tolerantes", cabe concluir que nada menos que tres de cada cuatro encuestados demandan una política de inmigración más dura.

- El 68% considera muy o bastante aceptable que sean expulsados "los inmigrantes legalmente instalados que cometan cualquier delito". Y cuatro de cada diez encuestados se muestra "muy de acuerdo" o "más bien de acuerdo" con la siguiente afirmación: "Si alguien que viene a trabajar aquí se quedara en el paro durante mucho tiempo, debería ser expulsado del país".

- El 42% de los encuestados cree que los españoles deberían tener preferencia a la hora de acceder a la atención sanitaria, y un número aún mayor, el 55%, es partidario de que tengan ventaja en la elección de colegio para sus hijos.

- En sólo un año, aumenta a más del doble (del 11% al 26%) el número de españoles que están de acuerdo con acoger sólo a un número limitado de solicitantes de asilo, aunque se haya comprobado que están realmente perseguidos.

- Cae el número de personas partidarias de conceder derechos sociales y de ciudadanía a los inmigrantes, aunque éstos estén "instalados en España de manera estable". Solamente el 55% de los encuestados les daría voto en las elecciones generales, el 69% lo haría en los comicios municipales y también el 69% defiende su derecho a la obtención de la nacionalidad.

- Los inmigrantes son el grupo de población que más protección recibe del Estado. Eso es lo que opina el 58% de los españoles. Y uno de cada dos encuestados afirma que, aunque tengan los mismos ingresos que los españoles, se les dan más ayudas sanitarias y educativas.

- Crece la asociación entre la inmigración y el deterioro de los servicios públicos (sanidad y educación), pero también aumenta la opinión de que los extranjeros deterioran las condiciones laborales, hacen aumentar el desempleo y, "al aceptar sueldos más bajos, hacen que bajen los salarios" de los españoles. Por el contrario, también crece (en dos puntos) el número de los que piensan que los inmigrantes "desempeñan los trabajos que los españoles no quieren hacer".

Estos son algunos de los puntos destacados de este informe, que refleja un panorama desolador que puede llevar a conflictos. ¿Por qué siempre se le echa la culpa al extranjero? ¿Es miedo, ignorancia o intolerancia? Sea cual sea la causa, el hecho es que nuestra sociedad parece que camina hacia atrás como los cangrejos en vez de avanzar en materia de igualdad. ¿Qué se puede hacer? Lo primero y principal, evitar que esta lacra aumente educando a nuestros hijos en la tolerancia y el respeto a los demás.
 

¿Cómo aprender a ser tolerante?

Ser tolerante no es simplemente aguantar a los que son o piensan distinto a nosotros. La tolerancia implica respeto, curiosidad, comprensión, flexibilidad, no aceptar los tópicos y las habladurías sin más… en definitiva, abrir la mente a opciones de vida y pensamiento distintas de las nuestras.

Es una cualidad personal que se define como el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás, aunque sean diferentes o contrarias a las nuestras. Ser tolerante es ser condescendiente y permisivo con alguien, es no impedir que haga lo que éste desee, es aceptar y admitir la diferencia o la diversidad. Para que los niños establezcan buenas relaciones con sus semejantes, es necesario que aprendan a ser tolerantes desde muy pequeños.

Los niños deben aprender a querer a todo el mundo -independientemente de su color de piel, de sus rasgos, de si habla otro idioma, de su religión- y a respetar su cultura y tradiciones. Tienen que entender que la diversidad nos trae riquezas de informaciones y de experiencias, que se puede aprender mucho con ella y que, en lugar de criticar lo que nos diferencia, debemos darle su valor y aprender de ello.

Algunos consejos (validos también para adultos) serían:

- Enseñarles con el ejemplo. Seguro que esta frase ya la has leído o escuchado mil veces, pero es que está comprobado que la mejor manera de lograr que un niño interiorice una conducta correcta es llevándola nosotros a cabo. No se le puede pedir que sea tolerante si oye continuamente de nosotros opiniones y pensamientos racistas, intolerantes, etc.

- Muéstrale que nunca se debe juzgar a los demás por su apariencia física, por sus preferencias, su religión, su raza o su sexo. Hay que aprender a respetar las diferencias, sobre todo aquellas que no afectan a la libertad de los demás ni hacen daño a nadie.

- A través de cuentos e historias. Busca libros en los que la moraleja final hable sobre el respeto,la comprensión…

- Conociendo diferentes culturas. La mayoría de las veces tememos aquello que no conocemos. Por lo tanto, una buena manera de aprender a ser más tolerante es conociendo las diferentes culturas, religiones, formas de vida… A través de juegos, libros, películas… enséñale en qué consiste el Islam, el Budismo, cómo se vive en la India, etc. Y, siempre que el dinero y el tiempo lo permitan, viajad a países extranjeros. Incluso en el más cercano podréis conocer otras culturas y hábitos de vida distintos a los nuestros.

- Aprendiendo a no burlarse de los demás. Llama siempre a las personas por su nombre y no les pongas apodos o sobrenombres hirientes o despectivos. El insulto es la primera fase de la falta de respeto hacia alguien.

- No se debe etiquetara las personas con ideas como “los gorditos son más chistosos” o “los negros son pobres”, porque eso no es cierto y hace daño. Hay que evitar los tópicos y las ideas preconcebidas sobre cualquier colectivo. Cada persona es única. 

- El tolerante siempre busca soluciones y se adapta a los cambios. En lugar de ahondar en el problema, toma un tiempo prudente para pensar en las salidas. No todas las situaciones lo permiten, pero hacerlo facilita las cosas para ambas partes.

- Aprendiendo a compartir. Un niño que es capaz de dejar sus juguetes, jugar con todos los niños del parque o de clase y no marginar a ninguno, sabrá ser tolerante con los demás.

- Escuchando y dialogando. Es importante que escuche las ideas y opiniones de sus amigos, que acepte sus criterios aunque sean distintos a los suyos, y que consiga ponerse de acuerdo con sus compañeros durante un juego, en alguna actividad o en clase.

En resumen, la tolerancia permite conocer a muchas personas de todas las edades y tener un montón de amigos en todas partes. Si tú aceptas a las personas, también a ti te aceptarán. Si tú respetas a los demás, también a ti te respetarán.
 


Fuente: Informe Racismo y Xenofobia, Ministerio de Trabajo e Inmigración.

Fecha de actualización: 28-11-2022

Redacción: Irene García


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