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Cómo celebrar Halloween: Ideas y trucos para una fiesta de miedo

Cómo celebrar Halloween: Ideas y trucos para una fiesta de miedo

Celebrar una fiesta siempre es motivo de alegría e ilusión para los más pequeños. Sea cual sea el tema, las fiestas son beneficiosas para los niños en cuanto que estrechan sus lazos afectivos. La internacionalización de esta fiesta típicamente americana ha logrado que en España sea cada vez más frecuente que los niños de todas las edades no puedan resistirse a las emociones que trae la noche de Halloween.

Indice

 

Lo que no debe faltar en Halloween…

Invitaciones: Puedes comprarlas o confeccionarlas tú mismo.

- Puedes recortar cartulinas de diferentes colores en forma de calabaza, fantasma, araña, murciélago o bruja, por ejemplo. Utiliza confetti de figuras alusivas a Halloween para pegarlas a la portada de la invitación y sorprender a tus invitados.

- Otra idea muy dulce y original: Escribe los datos de la fiesta en el borde de un cuadro de papel blanco o de tela blanca que mida aprox. 20x20cm. Cubre un chupachups con el cuadro (si utilizas papel delicado, se recomienda poner dos cuadros), ata con una cinta el "cuello" y dibuja unos ojos al fantasma. Entrega un chupachups/fantasma/invitación a cada invitado y ¡recuérdales no perder la información!

Decoración: Toda fiesta que se precie debe tener el escenario que se merece. Para ello, apúntate estos trucos para crear un ambiente digno de una casa embrujada.
 
Globos: Decora la sala con globos de los colores de Halloween -negros, naranjas y morados- ¡O llénala de fantasmas flotantes! Infla unos globos blancos, y cubre cada uno con un trozo de plástico blanco (por ejemplo, una bolsa de basura blanca cortada) o tela blanca. Ata el "cuello" con una cinta justo debajo del globo, y machaca un poco la "falda" para que quede a tiras. Con un rotulador negro, dibuja los ojos y cuelga los "fantasmas" del techo con un hilo.
Otra versión: Decora globos blancos llenos de helio de la misma forma, cubriéndolos con plástico blanco y colócalos en manadas por la sala. Es un efecto sencillo pero impactante y muy divertido.

Mesa temática: existen vajillas, manteles, vasos, servilletas y todo tipo de material desechable con dibujos de Halloween, con el que los invitados se quedarán con la boca abierta.
¡No olvides preparar un bol de chuches para darles a los niños que llamen a tu puerta!

Muebles: ¿Estás aterrorizado y no sabes cómo proteger los muebles de los pequeños monstruos que invadirán tu casa? Cubre sillones y muebles que no vayas a utilizar con sábanas, así el lugar tendrá un misterioso aire fantasmal y lucirá un ambiente de casa abandonada. Lo que dará lugar a un sinfín de juegos terroríficos y tus muebles estarán a salvo de manchas inoportunas.

Calabazas: Compra calabazas de plástico para adornar toda la casa. Las encontrarás de varios tamaños con luz a pilas incorporadas, ideales si los invitados son muy pequeños. Pero si deseas seguir el método tradicional de abrirlas y moldearlas, también podrás conseguir un kit que te facilitará el trabajo.

Paredes y techos: Cuelga guirnaldas naranjas y negras o trozos largos de cintas decorativas negras. Recorta siluetas de murciélagos o arañas de cartulina negra y cuélgalas o colócalas en las esquinas de las paredes. Decora las ventanas con siluetas de murciélagos -vistas desde fuera- o fantasmas -vistos desde dentro-. No puedes prescindir de las telarañas, cuantas más mejor. Ponlas en las puertas en los muebles en las esquinas, etc.

Iluminación: Sustituye el efecto de la luz de velas por otros menos peligrosos para los niños. Te recomendamos que reemplaces las bombillas de una lámpara de techo con una bombilla de luz "negra" (en tiendas de electricidad). Dará una luz "fantasmagórica". O cambia las bombillas por otras rojas. Si la sala tiene focos, puedes jugar con la iluminación colocando celofán fotográfico colorido (en tiendas fotográficas). Puedes iluminar distintas áreas con distintos colores.

Menú: 

Tarta telaraña: Haz un bizcocho en un molde circular y cúbrelo con cobertura blanca. Derrite chocolate. Cubre el bizcocho con cobertura blanca. Derrite chocolate oscuro en un baño de maría, y utilizando una cucharita, déjalo caer en forma de espiral encima de la cobertura blanca. Con un palillo, empezando en el centro, dibuja una línea hacia el borde, y repite, como radios de una rueda.

Tarta de lombrices: Prepara una tarta de chocolate y cúbrela con cobertura de chocolate. Espolvorea migas de galletas Oreo®, para que parezca tierra o fideos de chocolate, y coloca por encima algunas golosinas en forma de lombriz, y otras como si salieran desde el interior de la tarta.

Poción de bruja: Este brebaje es en realidad zumo de manzana calentado con un ramo de canela y clavos de especia. Quita los clavos y sírvelo en un caldero de bruja.

Zumo de sangre: Utiliza zumos rojos, por ejemplo de frutas del bosque, que servirás en un cuenco grande. Llena un guante de pvc (no de látex) con agua y colócalo en el congelador. Cuando esté congelado sácalo, quita el guante y pon la mano de hielo en el zumo rojo.

Polos de gusanos: Introduce un gusano de gominola en recipientes para polos caseros, rellénalos con zumo de frutas o refrescos y mételos en el congelador.

Bombones de araña: Derrite chocolate de postre al baño María. Ponlo en una manga pastelera y crea formas de arañas encima de una bandeja forrada con papel de aluminio. Ponla en la nevera hasta que se endurezcan. Añade ojos de chocolate blanco derretido.

Dedos de muertos: Con un rodillo, aplana una rebanada -sin corteza- de pan de molde. Extiende queso de untar y enróllala. Pinza un extremo y pega una almendra o la mitad de una aceituna deshuesada con el mismo queso, y moja el otro extremo en ketchup.

 

Más ideas para una fiesta terrorífica

Algunas ideas para pasártelo… de miedo. ¡Toma nota!

1. Pide a los invitados que vengan disfrazados. Para que no gasten mucho, especifica que sean disfraces caseros

2. Si no les apetece disfrazarse a todos, pero quieres que se preparen un poco, pídeles que vengan disfrazados de hombros para arriba, pintada la cara y con algún tipo de gorro u otro accesorio.

3. Si la fiesta es de disfraces, haz una foto de cada invitado al llegar, delante de un escenario creado para la ocasión, y mándasela después de la fiesta como un recuerdo.

4. Si no es de disfraces, cuenta con alguien para pintar las caras de los niños con barras de maquillaje de colores. Quedarán como monstruos, brujas, fantasmas, calabazas, etc.

5. Utiliza guantes desechables de plástico (no los de látex, que tienen talco) para las bolsas de recuerdo. Llénalos con regalitos, golosinas, etc. Queda gracioso si metes una golosina ovalada de color en cada dedo, a modo de uña.

6. Recorta la silueta de un murciélago o un fantasma de cartulina negra y pégala a una linterna encendida. Colócala sobre un mueble. Ésta iluminará la figura en la pared opuesta.

7. Crea la banda sonora para la fiesta. Graba los sonidos atmosféricos: gritos, aullidos, el sonido de hojas secas al pisar, la caída de ollas de metal, carcajadas fantasmagóricas, etc. ¡Una actividad muy divertida, y a los niños les encantará el efecto! Arroz cayendo en papel de aluminio será lluvia, una bolsa de plástico será un murciélago, celofán será un fuego, etc.

8. Haz pequeños fantasmas. Forma una bola con una hoja de papel de seda blanco, colócala en el centro de otra hoja, recoge la hoja alrededor de la bola y ata el “cuello” con una cuerda. Con un rotulador negro, dibuja una cara en el fantasma. Haz varias y cuélgalas por toda la fiesta.

 

Un poco de historia sobre Halloween…

El origen de Halloween tiene variada procedencia, pero quizás la creencia más extendida es la que se remonta a los celtas. Estos pueblos celebraban la noche del 31 de octubre la festividad llamada Samhain, para conmemorar el final de la temporada de cosechas. Los druidas creían que esta noche las brujas gozaban de mayor vitalidad, que los límites entre el mundo de los vivos y el de los muertos desaparecían, e incluso, que los fantasmas de los difuntos del último año entraban en el mundo de los vivos y vagaban perdidos en busca de cuerpos que poseer para transitar por el otro mundo. Por esa razón hacían conjuros y enormes fogatas intentando ahuyentar a los malos espíritus. La gente con el fin de evitar el acoso de estos macabros personajes les dejaban dulces y alimentos en las puertas de sus casas, montaban siniestras escenografías, decoraban las casas con huesos y calaveras o se disfrazaban para tratar de asemejarse a ellos y así pasar inadvertidos.

 

Con la llegada del Cristianismo y a pesar de los esfuerzos por eliminar cualquier rito pagano, esta tradición no desapareció. Ante lo arraigado de la celebración decide adoptarlo y unificarlo con otra festividad: la víspera de Todos los Santos o Día de Difuntos (en inglés All Hallow Eve, que por contracción deriva en Halloween) en un intento de otorgarle cierta religiosidad. A mediados del s. XVIII los emigrantes irlandeses llegan a América y con ellos sus tradiciones y su folclore, que pronto se mezcla con otras supersticiones y otros elementos paganos dando lugar a lo que hoy conocemos como el terrorífico Halloween.

La calabaza

Cuando los irlandeses introdujeron Halloween en EE.UU., también llevaron consigo lo que sería el símbolo más popular de la Noche de Brujas: la calabaza Jack-o-Lantern (Jack el de la Linterna). Cuenta la leyenda que tras su muerte, Jack, un irlandés malo y estafador, no pudo entrar en el Cielo por sus fechorías, ni en el Infierno por engañar al Diablo, quedando condenado a vagar por las tinieblas con la única ayuda de un carbón encendido que le iluminaría por la oscuridad y que colocó en un nabo ahuecado para que ardiera durante mucho tiempo.

Los irlandeses americanos cambiaron el nabo por la calabaza, más grande y más común en su nueva tierra y, emulando al pobre Jack -o- Lantern hicieron nacer el mito de la calabaza de Halloween.


 

 


Fecha de actualización: 26-08-2022

Redacción: Lola García-Amado


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